En el segmento de los todocaminos existen algunos “insurgentes”, capaces de desenvolverse en campo con mucha soltura. Es el caso del Tiguan Country, que probamos en este número.
Si hiciese una encuesta, estoy seguro de que ni un 5 por ciento de los clientes de todocaminos compactos utiliza su coche en campo. Y, cuando digo en campo, no me refiero a circular por la pista de tierra que da acceso a un bonito lago o a la parcela de un primo. No, me refiero a buscar los límites del coche, con cruces de puentes, descensos… siempre, por supuesto, cumpliendo con la legislación vigente y sin dejar huella en la naturaleza.
Dicho lo anterior, no es necesario optar por un todoterreno para salir airoso de estas circunstancias. Algunas marcas, más allá de Land Rover o Jeep, tienen en cuenta a este tipo de clientes y ofrecen versiones específicas de sus modelos. Es el caso del Tiguan Country, dotado de ciertas modificaciones con respecto al resto de la gama.
¿Cuáles son?
La principal diferencia la encontramos en el frontal, con paragolpes delantero diseñado para ofrecer un mayor ángulo de ataque. En concreto, aumenta la cifra hasta los 28 grados, por 18 del Tiguan convencional. Para los neófitos, este dato hace referencia al ángulo que forma el suelo con una línea imaginaria que va desde el borde inferior de la carrocería a las ruedas; es decir, cuanto mayor sea el número, obstáculos más difíciles podremos afrontar.
Por otra parte, el Country equipa una función, denominada “OFF ROAD”, que se activa pulsando un botón, ubicado en la consola central. De este modo, entran en funcionamiento o hay variaciones en algunos dispositivos, como el asistente al arranque en pendientes, la respuesta del acelerador y del cambio es más progresiva y el sistema antibloqueo de frenos “ABS” retrasa el umbral de entrada en funcionamiento, para ayudar a detener en coche, en firmes con escasa adherencia. La dotación se complementa con un protector bajo el motor, para evitar posibles golpes.
¿Cuánto cuesta?
Disfrutar de estas cualidades adicionales apenas tiene sobrecoste, puesto que solo hay que desembolsar 270 € más que por un Tiguan Sport, con idéntica mecánica y paragolpes delantero de 18 grados. La elección, por tanto, depende de los gustos estéticos o necesidades… aunque, si quieren mi opinión, nuestro protagonista resulta más interesante.
Además, conviene destacar que las cualidades en asfalto no se ven alteradas. De este modo, seguimos disfrutando de un coche cómodo, que ofrece un excelente dinamismo. Especialmente destacable es el funcionamiento del cambio automatizado de doble embrague “DSG”, de siete velocidades, sin duda el mejor que podemos encontrar en el segmento.
Otro aspecto destacable, común a toda la gama del Tiguan, es la postura de conducción, con mucho espacio disponible y una buena visibilidad en todas las direcciones. También resultan amplias las plazas traseras, mientras que el maletero, con 470 litros, se sitúa en la media del segmento.
Silencioso y ahorrador
El buen aislamiento acústico del habitáculo también aporta su granito de arena para que el viaje resulte muy agradable, anulando todo ruido o vibración procedentes del motor. Un motor, por cierto, que combina, como pocos, unas notables prestaciones con un consumo ajustado… siempre y cuando tengamos en cuenta que es un vehículo bastante pesado y con tracción a las cuatro ruedas.
Por poner una pega, por solo 750 € más, podemos acceder a la versión de 177 CV, con idéntico equipamiento y transmisión. Francamente, creo que este es de esos casos en lo que no hay lugar a dudas, porque la ganancia en prestaciones resulta importante y el consumo es prácticamente el mismo.
Se hace fuerte
Una vez dejamos atrás el asfalto, el Tiguan Country muestra unas excelentes maneras. La función OFF ROAD hace más sencillo circular por terrenos escarpados, en los que es vital avanzar muy despacio, como, por ejemplo, sobre rocas. El generoso par motor disponible a bajas vueltas pone de su parte, para hacerlo aún más sencillo; el resto, cómo no, lo pone la pericia del conductor.
En definitiva, estamos ante un todocamino muy versátil. Puede que resulte menos moderno que algunos de sus rivales, pero es muy práctico y presenta buenas maneras en todos los terrenos. Incluso si no piensas circular por campo, no lo descartes, no sea que luego te arrepientas...
Equipamiento
DE SERIE Airbags frontales, laterales y de cabeza para conductor y acompañante, airbags de cabeza traseros, control de tracción ASR, sistema antibloqueo de frenos ABS, repartidor electrónico de la fuerza de frenado EPBD, asistente en frenadas de emergencia, control electrónico del diferencial EDS, control de estabilidad ESP, asistente de descenso de pendientes HDC, función OFF ROAD, sistema de parada y arranque automáticos del motor Start/Stop, faros bixenón adaptativos, faros antiniebla con luz de curva estática, sensores de lluvia e iluminación, sistema de aparcamiento asistido Park Assist 2.0, cámara trasera de asistencia al aparcamiento Rear Assist, sistema de alerta por cambio involuntario de carril Lane Assist, climatizador automático bizona, ordenador de a bordo con brújula electrónica, control de velocidad de crucero Tempomat, volante multifunción con levas, sistema de sonido RCD 510 con lector de CD, MP3, puerto USB, conexión auxiliar, pantalla táctil de 6,5 pulgadas y 8 altavoces, Bluetooth y llantas de aleación de 17 pulgadas.
OPCIONES Pintura metalizada o perlada (515 €), airbags laterales traseros (325 €), sistema de navegación RNS 510 –incluye control por voz y reproductor de DVD– (2.260 €), pilotos con tecnología de tipo LED –incluye iluminación de la placa de matrícula– (355 €), paquete interior cuero –incluye tapicería en cuero Vienna, asiento del conductor con regulación eléctrica y butacas delanteras calefactables– (1.165 €) y paquete Top Light –incluye techo solar panorámico y acceso y arranque sin llave Keyless Access– (1.055 €).