Si la pesadilla de una rueda pinchada te persigue allá donde vayas, tienes pánico a las pequeñas reparaciones o el servicio de asistencia en carretera se ha olvidado de ti, no te atormentes. ¡Tú puedes hacerlo!
Sufrir un pinchazo es uno de los contratiempos más frecuentes a los que debemos hacer frente los conductores. Una situación que, dependiendo de nuestro vehículo, deberemos subsanar de un modo u otro. Así, si existe una rueda de repuesto, ya sea convencional o de emergencia, procederemos a sustituirla. Si equipa neumáticos de tipo “RSC” (Run Flat System Component), podremos continuar circulando durante algunos kilómetros, siempre por debajo de 80 km/h. Y si no cuenta con ninguna de las opciones anteriores… tendremos que subsanarlo nosotros mismos. Como lo oyes…
1. Manos a la obra
Cuando una rueda dice basta (1), es importante tomar algunas precauciones: colocar el coche en una zona visible lo más amplia y llana posible, apagar el motor, colocar el freno de mano e insertar la primera velocidad. A continuación, consulta las instrucciones en el manual del coche (2), y vacía por completo el maletero para poder acceder al lugar donde se encuentra el kit (3).
Comprueba todos los elementos que lo componen: desmontador de obuses, obús de repuesto, recipiente con el líquido sellador y compresor de aire con manómetro (4).
2. A por el neumático
Como es lógico, el sellante tiene sus límites: no es efectivo para cortes mayores de 4,0 milímetros. En todo caso, si hay un clavo o semejante, nunca lo extraigas. A continuación, quita el tapón de la válvula (5) y extrae el obús con la herramienta facilitada (6). En ese momento, la cámara perderá el poco aire que le quede.
3. Aplica el sellante
Llegados a este punto, es primordial agitar enérgicamente la botella, colocar en ella el tubo necesario para su aplicación (7), introducirlo en la válvula y mantener la botella boca abajo hasta que se vacíe por completo (8). Después, retíralo y vuelve a colocar el obús (9) .
4. ¡Que trabaje el compresor!
Hecho lo más difícil, solo queda proporcionar al neumático la presión adecuada. Para ello, con el motor en marcha (10), debemos recurrir al compresor que, en primer lugar se acopla a la válvula del neumático (11) y, posteriormente, se enchufa a una toma de 12 V (12), por ejemplo, la del mechero. Ahora, tendremos que alcanzar la cifra de inflado adecuada, en este automóvil, 2,5 bares (13), y colocar el tapón de la válvula. Por último, es recomendable recorrer unos 10 metros con el coche, hacia adelante o marcha atrás, para que se reparta el sellador.
(14) Para finalizar, te recordamos que debes dirigirte al taller lo antes posible, para reparar correctamente el neumático... sin superar, obligatoriamente, los 80 km/h.