Visita Noruega en una semana

OSLO: ANIMADA, CULTURAL Y MUY MODERNA

En Oslo es muy fácil moverse y llegar a la mayoría de los sitios interesantes caminando, aunque también puedes comprar el Oslo Pass (www.visitoslo.com), que te permite utilizar gratis todos los transportes públicos, y entrar a diversos museos y atracciones.

Para conocer la ciudad comienza tu paseo en la Estación Central, desde la que parte la Karl Johans Gate, la vía principal, donde se encuentran la mayoría de los monumentos importantes y que finaliza en el Palacio Real. En ella se levantan la Catedral, el Parlamento, la Universidad, el Teatro Nacional...

Entre medias, tómate un respiro en el Eidsvoll Plass, un precioso parque en el que se encuentra el Spikersuppa Ice, un estanque que durante el invierno se convierte en pista de patinaje y en verano en un lugar ideal para refrescarse y que chapoteen los niños.

En el número 31 de esta calle está el Gran Hotel (www.grand.no), donde es tradición que se aloje el galardonado con el Premio Nobel de la Paz, que se entrega todos los años en el Ayuntamiento. Al lado se encuentra el Grand Café, famoso porque lo frecuentaba Henrik Ibsen. Para conocer algo más sobre la vida de este gran dramaturgo y poeta noruego, acércate hasta el número 26 de la Henrik Ibsens Gate, donde se encuentra su casa natal y el museo (www.ibsenmuseet.no)

En una bocacalle (Universitetsgata, 13) está la Galería Nacional (www.nasjonalmuseet.no), donde se exponen pinturas y esculturas del siglo XIX hasta 1950, entre ellas algunas joyas del impresionismo de Monet, Cezanne, Picasso, Modigliani...

Otro de los lugares imprescindibles que no te puedes perder, es el parque Vigeland, con casi 200 esculturas de desnudos realizadas en bronce y diseñadas por Gustav Vigeland en la primera mitad del siglo XX. Comienza el recorrido atravesando un puente con 52 obras que representan diferentes estados anímicos del ser humano, como la rabia, el dolor, la alegría, la ternura... En mitad del puente se encuentra una de las más populares: Sinnataggen, el niño enrabietado, convertida en símbolo de Oslo.

PASEO POR LA NUEVA CIUDAD

Desde hace pocos años la capital noruega se encuentra en un proceso de transformación radical para reconvertir las antiguas zonas industriales y portuarias que ocupaban las orillas del fiordo, en los barrios más modernos y lujosos. Ejemplo de ello es el bario de Bjørvika, una antigua zona industrial donde se están construyendo apartamentos de lujo, oficinas y edificios inteligentes y en el que ya se ha inaugurado la nueva Ópera y el Ballet Noruego (www.operaen.no), con un impresionante diseño que semeja un fiordo y construido en mármol de Carrara.

Otro de los lugares que han sido sometidos a esta remodelación es el muelle de Aker Brygge, a orillas del fiordo de Oslo. Está completamente lleno de restaurantes y bares de copas. Al final de este muelle, cruzando un puente de madera, se encuentra la isla de Tjuvholmen, la zona más exclusiva y cara de la ciudad en la que se han abierto galerías de arte, salas de exposiciones y el espectacular Museo Astrup Fearnley de Arte Moderno (www.afmuseet. no).

Termina la noche en algún club. Te recomendamos uno muy divertido: el pub London (C. J. Hambros plass, 5). Y te hacemos una advertencia muy práctica por si decides vivir la noche estival de Oslo: llévate siempre las gafas de sol.

LOFOTEN. BELLAS POR NATURALEZA.

Aunque cientos de islas siembran el litoral de Noruega, aquí te proponemos un recorrido por los archipiélagos de Lofoten y Vesteralen en la provincia de Nordland, 300 kilómetros por encima del Circulo Polar Ártico y a 2.000 del Polo Norte. Para los noruegos son "las islas más bellas del mundo", aunque esto es mejor que lo compruebes por ti mismo.

Entre los meses de mayo y septiembre es la época de la luz, de los largos días sin noche y de los deshielos, cuando los lagos se vuelven agua cristalina, la tierra deja de ser blanca para llenarse de colores y el mar se convierte en un lugar de fiesta a la que acuden aves y mamíferos marinos para anidar y buscar pareja.

Desde Oslo tienes que coger un par de aviones con escala en Bodo para llegar hasta Svolvaer. La ciudad se encuentra al borde del fiordo Vestfjorden, y desde aquí puedes hacer varias excursiones por todo el archipiélago de Lofoten. Para empezar, al atardecer toma la carretera E10 hasta el muelle de Lyngvae, donde puedes practicar kayak en un precioso lago cristalino mientras contemplas el gran espectáculo del sol de medianoche. Para ello, lo mejor es contratar los servicios de Lofoten Kayak (www.lofoten-aktiv.no).

Antes de llegar al muelle hay una gran escultura de acero inoxidable y vidrio del artista estadounidense Dan Grahan, incluida en el Skulpturlandskap Norland (Paisaje de Esculturas de Nordland. www.skulpturlandskap. no). Este proyecto innovador nació en 1992 como galería de arte al aire libre donde se exponen, en diferentes parajes y de forma permanente, las obras de artistas internacionales. La colección consta de 33 instalaciones repartidas por varios municipios de la región de Nordland, seis de las cuales se encuentran en los municipio de Lofoten.

Otra de las excursiones que puedes hacer desde Svolvaer es recorrer el archipiélago en una lancha rápida. Lo organiza la empresa Rib-Lofoten (www.rib-lofoten.no). Aunque sea verano y haga un sol espléndido, el viento frío del norte corta como un cuchillo, por lo que ellos te proporcionan siempre equipamiento para que disfrutes a tope de la travesía. En el recorrido podrás avistar águilas marinas, cormoranes, focas tomando el sol y pescadores artesanos sacando enormes bacalaos.

DELICIAS DE PESCADO

El desembarco final es en Henningsvaer, una preciosa ciudad pesquera con casas de madera pintadas de vivos colores y surcada por canales. Aquí puedes visitar la galería de arte ofotennsHus (www.galleri-lofoten.no), con una exposición permanente de marinas pintadas por grandes artistas noruegos.

Después, acércate hasta la orilla del mar donde se levantan los secaderos de bacalao, la principal fuente de ingresos de la región. Si quieres ver todo el proceso artesanal de su pesca, conocer las diferentes calidades, el secado y los aparejos necesarios para su captura, visita el Full Steam (www.fullsteam.no), el museo del bacalao de Kalle Hentzen y Roger Tommeras, dos amigos que durante años recopilaron todo tipo de material relacionado con el bacalao.

Te mostrarán también su laboratorio, donde están experimentando con el aceite de hígado de bacalao (rico en omega 3, aunque poco agradable de sabor) para crear un licor bastante especial. En la visita está incluida una excelente comida a base de guiso de bacalao y un aperitivo delicioso de caviar de huevas de salmón.

VESTERALEN. Cita con la fauna

Desde Henninsgvaer toma la carretera hacia el norte que conduce hasta Fiskebol, para cruzar en ferry hasta Melbu, en la isla de Handsel, donde comienza el archipiélago de Vesteralen. Desde aquí continúa por la RV 82 hasta Stokmarknes, sede de la compañía naviera Hurtigruten, que lleva surcando el litoral noruego desde el año 1893 y conectando Bergen con la ciudad de Kirkenes, en la frontera rusa.

Los comienzos de esta línea fueron arriesgados debido a los miles de islas e islotes que siembran este litoral, pero culminó con un gran éxito permitiendo unir los pueblos costeros del norte, que durante el invierno quedaban aislados por las nieves.

Desde entonces los barcos-correo de esta compañía se han convertido en una experiencia fascinante para los viajeros que quieren disfrutar de los preciosos paisajes costeros de Noruega. Conoce toda la historia de esta compañía en el museo (www.hurtigrutemuseet.no), ubicado en el antiguo expreso costero Finnmarken, anclado en tierra.

Sigue subiendo sin dejar la carretera, saltando de isla en isla, que están comunicadas por puentes, hasta Buksnesfjord. Poco antes de llegar te recomendamos que hagas un alto en el Café & Waffles Andoy Friluftssenter (www.andoy-friluftssenter.no). En este lugar ideal a orillas del Andfjorden, frente a las costas de la isla de Andoy, además de degustar unos deliciosos gofres con mermelada de cloudberry, un fruto que solo se da en las regiones árticas, puedes alojarte en cabañas perfectamente acondicionadas y realizar excursiones y múltiples actividades que ellos mismos te organizan.

UN BUEN COLOFÓN

Siguiendo la carretera RV 82 se llega hasta Andenes, en la punta de la isla de Andoya. Este es tu destino final, donde te espera lo mejor del viaje. Primero dirígete hasta la isla de Blair con la compañía Puffin Safari (www.puffinsafari.no), donde puedes avistar los frailecillos; unos pingüinos pequeños y con el pico naranja que acuden por miles todas las primaveras para anidar en esta isla.

Durante esta época las cálidas corrientes del Golfo, repletas de nutrientes, cruzan las gélidas aguas del Mar del Norte que atraen a cientos de cetáceos, quienes montan su fiesta particular: horcas, delfines y una gran variedad de ballenas, entre las que están catalogadas más de quinientas, son fieles a su cita anual todas las primaveras.

Su identidad se averigua por la forma de su cola y la más famosa es Glenn, que lleva viniendo a estas costas 16 años. Para avistarlas es imprescindible contratar una excursión. Te recomendamos que lo hagas con la compañía Whalesafari (www.whalesafari.no), que lleva más de dos décadas organizándolo. La duración es de unas cuatro horas y en el precio está incluida la comida a bordo. La época de avistamiento es de mayo hasta mediados de septiembre y la mayoría de las veces se pueden ver sin más inconveniente que el que imponga el mar.

Además, siempre puedes encontrar alicientes encantadores en Andenes, como visitar el Whale Safari Museum, donde se encuentra el esqueleto de una ballena que parece no tener fin y, de paso, puedes conocer el origen prehistórico de este mamífero pacífico y vegetariano cuyos ancestros no lo fueron tanto. También puedes visitar las cuatro casas de pescadores más antiguas de la ciudad (Sjogata, 38), una de ellas convertida en museo etnográfico.

En la punta de la ciudad, encima de un acantilado, se levanta el inmenso faro rojo, con 42 metros de altura y un potente haz luz que alcanza 93 km. Fue construido en el año 1856 y si estás dispuesto a subir los 148 escalones en caracol hasta la linterna, te aseguramos que la vista que tendrás es de impresión.

Y después de alucinar y quedarte sin resuello lo mejor es ir a la cárcel y encerrarte en una celda controlada por la sheriff, que no dudará en darte una buena cerveza y una deliciosa sopa de pescado. El restaurante Arresten (Prinsensgaten, 6) era la antigua cárcel del pueblo y como en la localidad no tenían grandes conflictos terminó convertida en un café-restaurante muy acogedor, original y divertido.